miércoles, 6 de abril de 2011

Estilística














Luis Fernando López Parra

La estilística es la ciencia de los estilos, el estudio del estilo y la expresión lingüística en general. Aquí el término lingüística tiene carácter de adjetivo y se refiere al lenguaje. El término lingüística, como sustantivo, es la ciencia del lenguaje que hace un estudio comparativo y filosófico de las lenguas. Se llama descriptiva cuando se dedica a estudiar las características de un solo idioma, y se llama comparativa o histórica cuando analiza los fenómenos de la lengua sobre la base de datos tomados de varios idiomas.
El estudio de la estilística comprende dos aspectos: la estilística que trata de precisar los diferentes matices que una lengua pone al servicio de los hablantes para expresar sus estados de afectividad y determinar la acción del lenguaje sobre la afectividad misma. Y la estilística literaria que trata de precisar las peculiaridades de una obra para valorarla; ésta última contribuye al desarrollo de la crítica literaria.
La estilística literaria investiga, analiza y estudia las características de los estilos de los escritores y por eso ha de hacerse a través de una obra para valorarla, es decir, someterla a la crítica o juicio aplicando los modelos literarios.
Para crear y robustecer un estilo hay que dedicar gran atención a la lectura de buenas obras, ensayos, artículos, etcétera, y después practicar con el desarrollo de numerosas composiciones; en resumen hay que leer mucho, y hay que escribir, escribir mucho, sin cortar la innata característica de expresión que cada escritor posee.
¿Qué es estilo? La palabra estilo proviene del latín stilus y ésta del griego stylo-pilar, columna, punzón. Al punzón que usaban los antiguos para grabar en las tablillas enceradas, lo llamaban estilo.
La palabra estilo tiene varias acepciones: moda, manera, modo, carácter propio que da a sus obras cualquier artista.
La palabra estilo puede aplicarse en sentido general o en sentido particular. En sentido particular es la manera de expresarse, característica peculiar o particular, del que habla, escribe, o expresa sus sentimientos, deseos o inspiración.
En sentido general, el estilo se refiere a la manera de escribir y de hablar, no por lo que respecta a las cualidades esenciales y permanentes del lenguaje, sino en cuanto a lo accidental, variable y característico del modo de formar, combinar y enlazar los giros, las frases y oraciones para expresar los conceptos.
El escritor español “Azorín” (José Martínez Ruiz), que además de escritor fue relevante maestro de las letras, recomendó cuatro reglas sobre la estilística dedicadas especialmente al escritor novel.
Analicemos estas cuatro reglas:
• Primera: poner una cosa después de otra y no mirar a los lados. Por tanto, huir de los incisos, porque la atención del lector se cansa.
• Segunda: no entretenerse. Este es, no amplificar; es propio de los oradores el desenvolver con prolijidad un tema. Lo que en oratoria es preciso, está demás en la escritura.
• Tercera: si un sustantivo necesita de un adjetivo, no lo carguemos con dos. La abundancia de adjetivos indica esterilidad de pensamiento.
• Cuarta: el mayor enemigo del estilo es la lentitud. Leemos a un escritor lento y nos desesperamos.
Azorín complementa: “En todo este laberinto del estilo se levanta, a nuestro entender, el vocablo eliminación. Porque de la eliminación depende el tiempo propio de la prosa. Y un estilo es bueno o malo, según sea más o menos lento o más o menos rápido. Fluidez y rapidez: estas son dos son las condiciones esenciales del estilo, por encima de las condiciones que perpetúan las aulas y las academias: pureza y propiedad.”
Clasificaciones de estilos: construidas desde distintos puntos de vista
• A. Por los caracteres de la cláusula: puede ser conciso o extenso.
El estilo es conciso cuando en la composición predominan las cláusulas oraciones o frases cortas y sueltas. Es extenso, cuando por el contrario, las cláusulas son extensas y ligadas. Hay composiciones en las que se armonizan las dos estructuras y entonces se llama estilo mixto. Al estilo extenso también se le llama periódico, mientras que al conciso, se le puede denominar suelto.
• B. Por el adorno en el lenguaje empleado: puede ser árido o sencillo; elegante o florido.
El estilo es árido cuando es sencillo, sin adornos. Es elegante, cuando está plagado de adornos, lleno de elegancias literarias, epítetos, símiles, etcétera; es llamado también estilo asiático.
• C. Por las cualidades del lenguaje empleado: puede ser castizo o puro, impuro o arcaico y neologizante.
Un estilo es puro o castizo cuando se emplea un lenguaje cuyos términos aparecen en el diccionario de la academia; es impuro cuando se emplean arcaísmos, es decir, voces en desuso; es neologizante cuando se abusa del empleo de neologismos, palabras nuevas, que no aparecen en el diccionario.
• D. Por el tono de la expresión: el estilo puede ser serio o festivo; sublime o jocoso.
El estilo serio se emplea en las obras trascendentales. El estilo festivo es ligero, alegre, propio de los sainetes y las comedias. El satírico o jocoso expone una censura o crítica, se emplea en las fábulas y los epigramas. Otra variante del estilo jocoso es el burlesco; trata de ridiculizar, se usa en obras teatrales, en periódicos con caricaturas, etcétera. El sublime, en oraciones, alabanzas, himnos, etcétera.
Resumiendo, podemos decir con respecto a las clases de estilo, por sus características o cualidades: el estilo es bueno cuando el escritor se cuida de evitar molestias al lector, y agregamos: es bueno cuando se han aplicado convincentemente todas las cualidades del lenguaje, especialmente cuando posee ritmo, coherencia, armonía, y nos llena el alma o espíritu de gozo, interés, placer, deleite y solaz.
A las cualidades y características de un buen estilo que se han expuesto, podemos agregar otras que tienen real importancia.
• a). Un buen estilo debe reflejar el conocimiento y la experiencia en la materia por parte del autor o escritor; además deben brillar en dicho estilo las cualidades de la corrección y la propiedad en el lenguaje; debe notarse el ritmo y la armonía, y todo su contenido debe atraer, interesar, despertar una atención concentrada, subyugar, persuadir, convencer.
• b). El ritmo es una cualidad en el hombre como la simetría. Para habituarse a practicar el rimo literario, es un buen ejercicio la recitación de poesías cadenciosas.
• c). No debemos olvidar que lo importante al escribir no es sólo lo que se dice, sino cómo se dice.
• d). La instrucción y la educación contribuyen en la formación del estudiante modelando su carácter y su personalidad, y esa personalidad se refleja en su estilo.
• e). La educación va paralela a la civilización y al desenvolvimiento de la cultura, y en su avance produce cambios notables que se reflejan en los cambios de estilo para lograr su adaptación al momento en que se vive. Actualmente, la vida es más agitada, todo se hace con más rapidez, el tiempo disponible resulta escaso para el sinnúmero de compromisos y obligaciones, y así el estilo que corresponde a esta modalidad, es el conciso, cortado, preciso; pero brillante, atractivo, subyugante para alcanzar una verdadera eficacia.
• f). Un elemento que contribuye a la eficacia del estilo es, además del conocimiento del lector o cultura, su inspiración, y esta parece ser congénita: nace espontáneamente del interior, cada individuo posee su propia inspiración y por ello, la existencia de tantos estilos como tipos de individuos; bien dijo Bufón: “El estilo es el hombre”.